5 feb 2016

Azafatas del aire

 


Ya son las doce. Medio día.
Ha pasado media mañana. Qué bien se está en casa. Suave y tranquila, menos mal, me encantan estas largas horas que van transcurriendo entre ventanales, el patio, la iglesia y la calle, fogones, algunos ratos de silencio,..lecturas y música , salidas y entradas al exterior y al interior, pájaros que suben y bajan y cruzan el ventanal del patio, y se apoyan en las ramas de la higuera, del peral, del tejado de la iglesia, de la valla, comiendo el pan que les echamos para que vengan, para que les veamos, ver la vida bullendo y en movimiento, sin tráfico ni comercio ninguno alrededor. Chet Baker, lleva toda la mañana acompañándome, meciéndome, y el gato, Susu, con su ronroneo, y sus peticiones y sus caprichos. Cómo me gustan los gatos. Cómo me engatusan con sus ojos golosinos.... Hay entendimiento. Desde hace mucho tiempo me visualizo a mí misma, de vieja, con gatos alrededor. Yo sola. Y tan a gusto.
Están a punto de llegar, llega el ruido, el revuelo, las risas y los gritos, la vida bullendo alrededor.
- Hola mamá, ¿ qué estás haciendo ?
- Hola amores, besos y achuchones primero... estoy aquí tranquila, con mis cosas, ya sabes.
- ¿ Has estado con Susu toda la mañana ?
- Sí, aquí ha estado pegadito a mí. Tan ricamente en amor, silencio y compañía.
- Me gusta mucho este gatín, su culito, su cola, y su manera de decir miuu, miuuuu, es adorable.
- Tú sí que eres adorable. La mañana ha sido deliciosa y muy productiva. Me he puesto al día en unas cuantas cosas y me ha dado tiempo a una buena práctica. Me siento muy bien. Adoro las largas mañanas de invierno con sol en esta casa. Madrugar y alargar...
- Mamá, me acabo de reír de una desgracia ajena, jajaja,
- Pero ¿qué dices ?
- Sí, a Susu se le pegó en la boca una de esas barritas de comida para gatos y no podía quitársela, y a mí me daba mucha risa.
- Ya sabes que no hay que reírse de las desgracias de los demás. Tenemos que ser más compasivos. Todos.
- Oye mamá...
- Dime
- Tú, ¿cuando eras pequeña qué querías ser ?
- Jajaja, yo... durante una larga temporada quería ser azafata de vuelo.
Era lo que quería ser. Recuerdo que con diez años más o menos...
escribí a una agencia de azafatas para recibir información. A las pocas semanas, cuando ya casi había olvidado aquella carta, un hombre llamó a la puerta de casa, una tarde. Mi padre abrió la puerta, le dejó pasar, y recuerdo que empezó a sacar carpetas e información sobre los requisitos y estudios que yo debería llevar a cabo para ser azafata de vuelo, jajaja, no se me olvida, mis padres casi me matan, que cómo se me ocurría... que era muy pequeña... que por qué mandaba un señor a casa... El abuelo siempre era muy temeroso de la gente que entraba en casa.
- Pues no sé por qué te riñeron...
- Ya... por aquel tiempo que era 1978... yo estaba entusiasmada con una serie Flying High, Azafatas de vuelo, tres chicas americanas azafatas, en especial me encantaba Connie Selleca. Recuerdo la sintonía de la serie, una orquesta con muchos vientos... Ya ha pasado mucho tiempo desde aquello.
Después quise ser pintora, y gimnasta, y bailarina, traductora... y yo que sé, muchas cosas. Tú también vas a cambiar... ya ves, hace poco tiempo queríais poner una ferretería y ahora queréis ser inventores...
Hay que hacer caso al corazón. Encontrar ese don que todos llevamos dentro, escuchar, hacerle caso y luego perseverar.

Recuerdo cuando entré en aquel centro de yoga, con ventanales a Ordoño II, a aquella clase con Chus, mi primera profe, vi algo en sus ojos, sentí algo muy fuerte. Ese día decidí dejar todo atrás y dedicarme al yoga. Pero no dije nada a nadie, ¿ entiendes ?
Me pasé tres años empapándome, practicando... y después todo llegó, cursos de formación, viajes, nuevos amigos y colegas, dejé mi trabajo anterior y todo fue encaminado a esto.
El yoga se convirtió en pasión y profesión. Ya hace diecisiete años de todo esto. Y no me arrepiento ni de un solo día. Estoy contenta con mi trabajo, con mi familia, con mi vida.
Tú también encontrarás tu camino, seguro, pero antes verás muchas cosas durante el recorrido
- Mamá
- Dime
- ¿ Me pones un capítulo ?
- ¿ De qué ?
- ¡ Pues de las azafatas del aire ! De lo que estamos hablando, de esa chica que te gustaba tanto...

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